Reseña de Mensajes en una botella, de Wolfgang Struck
Más de 600 mensajes en botellas que marcaron el mundo
Vaya por delante que, por varias razones confesables y no confesables, no me gustan las notas que viene por la mar. No obstante, el libro que les voy a subrayar, Mensajes en una botella, es una especie de afirmación de que los milagros bien intencionados y dirigidos por el ser humano existen.
Fue el caso ocurrido en el siglo XIX cuando Georg Neumayer, un explorador de postín, puso en marcha un proyecto lleno de coraje y de ambición. Se trataba de recoger textos de botellas que habían surcado mares y océanos y que sirvieron para dar a conocer hechos, opiniones, impresiones y anhelos, a la par que permitieron medir espacios y tener una primera conciencia de un mundo global. Formó una colección.
Llegó a atesorar todo tipo de misivas, más de 600: las enviadas por capitanes, por pasajeros, por militares, por civiles, por amantes, por gentes perdidas, por científicos… Fueron halladas de la más diversa guisa, en alta mar, en la costa, en recodos… Manifestaban, y aún hoy en día, una manera de ser, de vivir, de pensar, de mirar el futuro.
Son, estos mensajes embotellados, el testimonio de una época colmada de aventuras y de universos ignotos. Dieron improntas, fueron notarios, pero a la vez nos enseñaron cómo funcionan los vientos y las corrientes marinas. Los envíos, intencionados o no, tuvieron diversos resultados, que llevaron a la meditación y al aprendizaje.
El profesor Wolfgang Struck analiza e interpreta un tesoro de valor incalculable y que es el hilo conductor de un libro que nos traslada el afán por comunicarse del ser humano. En la esencia de éste se implanta el relacionarse y descubrir nuevos cosmos.
Cada botella, una apuesta
No olvidemos que un mensaje en una botella es una apuesta, un riesgo, cuando no había garantías de nada, y menos de que llegara a la persona adecuada. Es de suponer que, fuera como fuese, cuando alguien lo recibía, era el hombre o la mujer conveniente. Tengamos presente que hace dos siglos ya había correo estatal, aunque con los inconvenientes de entonces. Además, en sí, una botella era un elemento preciado: había pocas y valían, en proporción, mucho.
Los mensajes relatados, y entresacados de aquella colección, apuntan historias, desenlaces, compromisos, informaciones puntuales y cruciales, algunas de carácter bélico, pero siempre con la esperanza y el amor como telón de fondo.
Como valor añadido, lo referido está bien contextualizado. Seguro que, tras una primera impresión, nos animamos a releerlo.
Juan TOMÁS FRUTOS
Mensajes en una botella en Planeta de libros.
Sobre el autor
Las aventuras son unos de los ejes temáticos en los libros de Wolfgang Struck, que es profesor de literatura en Alemania, su país natal. Ha estudiado Física, Filosofía, Literatura, e Historia, especialmente la etapa medieval, que le fascina, lo cual se nota en muchos de sus escritos.
Tiene una habilidad especial para narrar, para redactar, fomentada por su condición docente.
Ha generado una capacidad ingente para ofrecer hechos de relieve dotándolos de un sencillo atractivo. Sus viajes, a veces para dar clases, le dan una perspectiva global del planeta, lo cual le ha servido para interpretar lo importante de lo accesorio. Maneja muy bien los niveles racional y sentimental de la comunicación.