Hay conciertos que son despedidas y despedidas que son conciertos y lo de la noche del pasado miércoles en La Riviera fue ambas cosas. Los suecos Refused pusieron punto final – y esta vez parece que es verdad – a más de tres décadas de ruido, política y contradicción, de esto último mucho, para qué engañarnos, pero nadie es perfecto.
La gira del adiós, propiciada por Route Resurrection, recaló por última vez en nuestro país, tras su paso por Barcelona el día antes, en dos únicas fechas, un cierre de ciclo que sirvió para recordarnos que la historia de la banda está grabada con letras de oro en la historia del punk-hardcore.
Abrían para ellos los catalanes Crim – con los que podréis leer una entrevista dentro de muy poco en esta casa – que se encuentran inmersos en su gira presentación de su próximo disco; Futur Medieval, una obra conceptual que nos habla de un futuro muy presente con pinta de distopia medieval.

El cuarteto de Tarragona hizo lo que sabe hacer muy bien, punk rock sin florituras y directo a la cabeza, pero con su sonido característico que los ha llevado a ser todo un referente del punk cantado en catalán, no solo en nuestro estado, también en Europa.
Canciones como: “Una canço i una promesa”, “Carnets de punks”, o “Castells de sorra” (con la que se despidieron) sonaron a trallazo puro y sentaron las bases para lo que venía a continuación, no sin antes agradecer a: público, promotora y medios que les han apoyado durante estos días en Madrid. Atención a las fechas de su gira, porque ahí podrán dar conciertos más largos, “que aquí va todo rápido”, como ellos mismos apuntaron.

En pocos minutos ya estaba montado todo para que aparecieran en el escenario: Dennis Lyxzén (voz), David Sandström (batería), Magnus Flagge (bajo) y Mattias Bärjed (guitarra), que no colgaron el cartel de “no hay entradas”, algo raro para una leyenda como ellos, pero quizás sea lógico, si pensamos en que han estado girando por toda la península en multitud de festivales este año, como por ejemplo en el Rockland Art Fest, o también en Portugal en el Vilar de Mouros. Aun así, los que acudieron a la llamada sabían perfectamente que iban a ver morir a la bestia rugiendo y atronando.
Entra escasas luces, todas de contra y humo, la pesadilla de cualquiera que haga fotos a pie de escenario, “Poetry Written in Gasoline” sirvió como catalizador de un set que iba a incendiar La Riviera. En ese sentido Refused nunca han engañado, lo suyo son conciertos salvajes y magistralmente tocados con la rabia que los caracteriza y con un Dennis totalmente desbocado, como si su cuerpo estuviera conectado a la corriente; patadas al aire constantes y esa forma de manejar el micro como si fuera un arma.

“The Shape of Punk to Come” llegó enseguida, con ese tempo esquivo y su mezcla de hardcore, jazz y experimentación que, casi treinta años después, sigue sonando como una patada en la puerta del futuro, porque eso fueron Refused en 1998, el futuro del punk, solo que muchos no estaban preparados.
“The Refused Party Program” fue coreada por todos los presentes y con “Rather Be Death” comenzaron a aparecer los primeros pogos fuertes y conatos de crowd surfing, además de servir como conector para la primera arenga política de la noche por parte de Dennis Lyxzén, que no estuvo parco en palabras precisamente.

Aunque se sabía que, entre bloque y bloque de canciones, Lyxzén iba a encender la trinchera verbal; “El capitalismo sigue ahí fuera, pero no tiene nuestra música”, justo antes de atacar con la inapelable “Economy of Death”, nunca deja de sorprender, por lo potente de su discurso y – en algunos casos – por lo contradictorio, si tenemos en cuenta, por ejemplo, el precio su merchandising.
“Circle Pit” y “The Deadly Rhythm” convirtieron el suelo de La Riviera en una olla a presión y “Refused Are Fucking Dead”, que daba título al documental de 2006, sobre la banda, sonó un poco a ironía.
El tramo final fue todo climax, aunque a decir verdad lo fue todo el set, “Worms of the Senses/Faculties of the Skull” desplegó su estructura laberíntica y difícil de digerir que los hizo tan grandes, al tiempo que se mostró inasequible al paso del tiempo, “Elektra” recordó su regreso en 2015 con la potencia intacta y la inevitable y eterna “New Noise”, levantó a la sala entera; “Can I Scream?”, sí Dennis, todos gritamos contigo.

El cierre con “Tannhäuser” y “Coup d’État”, acompañado con otro mini discurso en este caso para los “nuevos dictadores”, rozó el estatus de ceremonia; no hubo sentimentalismos, Refused se largaron entre humo tal y como habían llegado y sí, esta vez para siempre.
Refused fueron y siempre lo serán, una anomalía en el punk, intelectuales sin pretensión, músicos de hardcore con alma de arquitectos musicales, dado a la complejidad de sus composiciones, pero, sobre todo, tal y como ellos mismos apuntaron, “unos amigos que solo querían hacer punk- hardcore”. Y por todo ello, lo del pasado jueves no fue solo una despedida, fue una clausura de etapa en la historia del punk. Refused are Fucking dead. Gracias por todo.
Fotos Refused + Crim: Fernando del Río
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