La original propuesta de Moments Festival nació en Málaga hace ya doce años, de la mano de un grupo de amigos que se propusieron crear un formato único con una programación fuera de lo habitual, aunando arte y cultura contemporánea. En esta edición, Madrid, Sevilla y Málaga son las encargadas de albergar numerosos talleres, exposiciones, conciertos, encuentros y performances que convierten dichas ciudades en epicentros de frenética actividad plagados de eventos interesantes de muy diversa índole.

Dentro de su apartado musical y en el contexto siempre atractivo del Teatro Cánovas malagueño, con especial arraigo en la capital de la Costa del Sol como catalizador de eventos importantes, el cuarteto malagueño Nadolibre (convertido en quinteto en este caso, con la colaboración de Paco Ariza a los teclados y guitarras) presentó su álbum de debut, Plural, editado este pasado viernes bajo el sello Alix Records. Lo que en un principio fue el proyecto unidimensional de su cantante Francisco Daniel Medina, ha alcanzado un sólido estatus a través de un conjunto de canciones de pegada directa y luminosa que remiten a Beach Fossils, DIIV, Wild Nothing o incluso The Cure con esas guitarras de pulso contenido y escapista.

El sonido orgánico de la banda, completada con solvencia por músicos de contrastada experiencia como Alejandro Hidalgo (guitarra y sintetizadores), Quino Eloy García (bajo y coros) y Rafael García (Batería y percusión), brilló con la ausencia de amplificadores al uso, permitiendo sentir cada crujido de los trastes de las guitarras, cada latido de la sección rítmica o cada resonar de la cálida voz.

Los temas de su EP de debut, como la añorada “Máscara”, mezclaron con extrema naturalidad con las dinámicas texturas de sus más recientes composiciones, desplegadas en una interpretación sentida y delicada, mimando cada detalle con gusto y precisión. A los ya conocidos singles “Aurora” y “Alud”, de flechazo instantáneo en su sugerente paseo marcado por guitarras de regusto jangle-pop sin dar la espalda al emo, se sumaron nuevos tesoros como “Panorama”, con esa cadencia vibrante y más que idónea para abrir el álbum, el potencial single “Gratitud” o la expansiva “Septiembre”.

Nadolibre cuidan los matices de su sonido y desarrollan un discurso que apela a una conseguida reflexión sobre el paso del tiempo y la evolución de las relaciones humanas. Su métrica sosegada, dibuja líneas envolventes que se agarran a la memoria, consiguiendo mirar de tú a tú a esa categoría tan valiosa de las canciones perdurables por medio de una obra que se anticipa, sin duda, prometedora e ilusionante. El paso adelante abordado en ‘Plural’ debería abrirles camino entre aquellos que dedican tiempo a practicar ese cada vez más atropellado ejercicio de inmersión en la obra de artistas con talento y perseverancia, entre una abrumadora marea de propuestas tan difícil de descifrar con la claridad requerida para poder filtrar con criterio. Sus conseguidas melodías en las que se dan la mano post-punk, shoegaze o dreampop, atrapan moldeando la melancolía que desprenden sus guitarras para inyectar esperanza a través de unas letras de profundo calado.

Una vez finalizado su exquisito set, pudimos conversar con la banda para conocer un poco mejor sus orígenes, sus planes inmediatos y su visión sobre los recovecos de un mundo tan complejo como el de la música, tan proclive a tambalearse en inercias inestables como la que nos persigue desde hace ya demasiado tiempo. Es por ello que resulta aún más valioso dar con proyectos con las ideas tan claras y la hoja de ruta tan enfocada en el sano disfrute de exprimir cada instante de este azaroso viaje. Por lo pronto, ya han sumado méritos más que suficientes para generar interés con un álbum de debut tan adictivo y equilibrado, que defienden en directo con evocadora y convincente destreza.

Foto Nadolibre: José Megía