El mundo del ajedrez ha amanecido este lunes con una noticia devastadora: Daniel “Danya” Naroditsky, gran maestro estadounidense, creador de contenido y una de las voces más queridas del ajedrez contemporáneo, ha fallecido de forma inesperada a los 29 años. Su familia comunicó el fallecimiento el domingo 19 de octubre, a tan solo tres semanas de que cumpliera 30 años.
La noticia fue confirmada por el Charlotte Chess Center, institución en la que Naroditsky trabajaba desde hacía varios años como entrenador residente, y posteriormente por Chess.com. El comunicado pedía privacidad para la familia en este momento “extremadamente difícil” y recordaba a Daniel como “un hijo amoroso, un hermano, un amigo leal y una inspiración para miles de jugadores”.
The Naroditsky family shares the sad news of Daniel’s unexpected passing. Daniel was a talented chess player, educator, and beloved member of the chess community. We ask for privacy as the family grieves. pic.twitter.com/otNdUxDKtL
— Charlotte Chess Center (@CLTchesscenter) October 20, 2025
Un talento precoz y una mente lúcida
Nacido el 9 de noviembre de 1995 en San Mateo, California, hijo de inmigrantes procedentes de Ucrania y Azerbaiyán, Daniel aprendió a mover las piezas a los seis años con su padre. Lo que siguió fue una carrera meteórica: campeón escolar de EE. UU. en 2004 y 2005, campeón mundial sub-12 en 2007, y autor de su primer libro, Mastering Positional Chess, con solo 14 años. Dos años más tarde publicaría Mastering Complex Endgames, consolidando una voz teórica precoz y madura.
En 2013, a los 18, obtuvo el título de Gran Maestro tras asegurar su última norma en el Open de Benasque. Ese mismo año ganó el Campeonato Juvenil de Estados Unidos, clasificándose para el Nacional Absoluto del año siguiente. Un año después recibiría la Beca Samford, el reconocimiento más prestigioso para jóvenes talentos del ajedrez estadounidense.
Competidor, autor y maestro
Sobre el tablero, Naroditsky combinó fuerza, elegancia y una creatividad contagiosa. En ajedrez clásico alcanzó su mejor Elo en 2017, con 2647 puntos, situándose entre los 200 mejores del planeta. Representó a su país en el Campeonato Mundial por Equipos de 2015, donde logró una destacada actuación con rendimiento de 2701 y una victoria memorable ante el ruso Dmitry Jakovenko.
Pero su gran salto de popularidad llegó en la última década, gracias a su dominio en ritmos rápidos y su presencia constante en las plataformas online. En 2024 superó los 2700 Elo de blitz, y en agosto de 2025 conquistó el Campeonato Nacional de Blitz de Estados Unidos con un asombroso pleno de 14 victorias en 14 partidas. Su estilo rápido, preciso y siempre elegante lo convirtió en uno de los jugadores más temidos en los Titled Tuesday y en los duelos contra grandes estrellas como Magnus Carlsen o Hikaru Nakamura.
La voz que enseñó a millones
Si algo distinguía a “Danya” era su capacidad de explicar el ajedrez con claridad, humor y humildad. Desde su canal de Twitch (con más de 340 000 seguidores) y su canal de YouTube (con casi medio millón de suscriptores), Naroditsky acercó el ajedrez a una audiencia que lo veía no solo como un gran maestro, sino como un amigo que enseñaba sin arrogancia y con pasión genuina.
Sus retransmisiones de torneos internacionales eran un ejemplo de inteligencia emocional y rigor técnico. Analizaba con precisión quirúrgica, pero siempre encontraba espacio para una sonrisa o una anécdota divertida. En 2024 fue comentarista de la Speed Chess Championship Final en París junto a Levy Rozman (GothamChess), demostrando una vez más su versatilidad y carisma frente a la cámara.
Entre la enseñanza y el ejemplo
Desde 2020, Naroditsky había establecido su residencia en Charlotte, Carolina del Norte, donde entrenaba a jóvenes talentos y dirigía actividades en el Charlotte Chess Center. Su labor pedagógica era tan admirada como su capacidad de conectar con las nuevas generaciones. Muchos de sus alumnos y seguidores destacan hoy su generosidad y su sentido del humor como su legado más duradero.
Graduado en Historia por la Universidad de Stanford, Daniel supo equilibrar la profundidad intelectual con la espontaneidad del jugador de club. Publicó columnas en Chess Life y una serie de ejercicios tácticos en el New York Times, mostrando siempre la misma pasión por compartir conocimiento.
Polémicas y resiliencia
En 2024 se vio envuelto en una controversia tras ser acusado públicamente de hacer trampas online por el ex campeón del mundo Vladimir Kramnik. Naroditsky negó rotundamente las acusaciones, y la comunidad ajedrecística —incluido Hikaru Nakamura— salió en su defensa. El episodio, lejos de ensombrecer su reputación, reforzó la imagen de un jugador íntegro y transparente, querido por compañeros y alumnos.
Un vacío enorme
La repentina muerte de Naroditsky deja un hueco difícil de llenar. En una época en la que el ajedrez vive una explosión mediática, él representaba la combinación perfecta entre talento competitivo, comunicación y pedagogía. Era, en muchos sentidos, la voz del ajedrez moderno: rápida, empática, rigurosa y cercana.
Su familia, según han informado medios estadounidenses, ha pedido privacidad y agradece las muestras de cariño recibidas desde todo el mundo. En las redes, los mensajes se multiplican: jugadores, comentaristas y aficionados comparten sus vídeos, sus partidas y sus frases, convertidas ya en parte de la memoria colectiva del ajedrez digital.
Un legado que trasciende el tablero
Daniel Naroditsky fue, ante todo, un puente entre generaciones. Enseñó a los jóvenes que el ajedrez podía ser divertido y a los veteranos que las nuevas plataformas no eran una amenaza, sino una oportunidad para conectar. Su voz, calma y entusiasta, seguirá resonando cada vez que alguien aprenda un concepto gracias a uno de sus vídeos.
El ajedrez despide hoy a un maestro en todos los sentidos. Y como él mismo dijo en una de sus clases en directo: “Lo hermoso del ajedrez no es ganar, sino entender por qué perdiste y seguir queriendo jugar”.
 
							 
						 
							 
							 
							