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    Lobel contra la Ansiedad: «Hemos perdido la capacidad de contemplación»

    En un mundo obsesionado con la inmediatez, la ansiedad por el futuro y la nostalgia por el pasado, Lobel nos invita a hacer una pausa. Su nuevo álbum, «el momento perfecto», es más que un disco; es un manifiesto sobre la importancia de habitar el presente, de encontrar la perfección incluso en la dificultad. Tras una exitosa carrera con la banda Conexionistas y una reinvención como solista, el músico argentino regresa a México con una propuesta madura y reflexiva. Platicamos con él sobre su batalla contra la «droga» de las redes sociales, el arte de encontrar la simpleza en lo profundo y por qué, a veces, las mejores canciones nacen de un simple juego.

    Revista Kuadro: Facundo, qué gusto platicar contigo. Tu nuevo álbum, «el momento perfecto», llega como un nuevo inicio en tu carrera solista. ¿Cómo te sientes en este momento?

    Lobel: ¡Qué tal! Pues muy bien, el disco nos encuentra en un momento perfecto, muy lindo. Estoy disfrutando mucho la promoción y la preparación para presentarlo en vivo. Es mi tercer disco de estudio como solista y estoy muy contento con el resultado.

    Revista Kuadro: Y lo presentas en México el 5 de septiembre en Bajo Circuito. Será la primera vez que te veamos con banda completa aquí, ¿cierto?

    Lobel: ¡Sí! Para mí es mi primer Bajo Circuito y estoy feliz. Tenía una deuda pendiente con el público de CDMX de presentarme con la banda completa. El año pasado hice un show acústico que disfruté muchísimo, fue muy íntimo, pero tocar con banda es como yo concibo y pienso la música. Poder hacerlo en vivo así es un placer.

    Revista Kuadro: El concepto del disco se enfoca mucho en el «hoy», en el presente. En una era de nostalgia y ansiedad, ¿por qué es tan importante para ti ese mensaje?

    Lobel: Porque creo que es una batalla que todos estamos librando. Estamos invadidos por tanta información, tanto contenido efímero y vacío. Este disco propone una introspección, una pausa para ser conscientes del ahora. Si estás todo el tiempo pensando en el futuro o atrapado en los traumas del pasado, o peor, scrolleando en TikTok, ¿dónde estás tú realmente? Hemos perdido la capacidad de contemplación.

    Revista Kuadro: Ese ejemplo de ya no poder ver una película sin agarrar el celular es muy real.

    Lobel: Es que es como una droga súper legal y cómoda que nos hace adictos. No me parece casualidad que hoy en día haya tanta ansiedad y ataques de pánico. Yo soy millennial y por suerte me acuerdo de cómo era la vida antes de todo esto, creo que tengo herramientas para sobrevivirlo, pero si no, es una locura. Las canciones del disco presentan escenarios donde tenemos que parar a revisar lo que es verdaderamente importante.

    Revista Kuadro: Hablando de herramientas para sobrevivir, tú tomaste una decisión muy fuerte al dejar una banda con 10 años de trayectoria para empezar de nuevo. ¿Cómo fue ese proceso de desapego?

    Lobel: Fue algo maravilloso que tuve la suerte de experimentar, aunque ya pasaron seis años desde ese nuevo inicio, ¡qué rápido! La vida es eso, hacer las cosas de nuevo, subir y bajar, ganar y perder. Lo importante es tener las herramientas para lidiar con eso. Hoy parece que nadie quiere esperar ni esforzarse porque todo es inmediato. Antes, si querías una Coca-Cola, ibas al almacén y en esa cuadra quizás conocías al amor de tu vida. Perdimos un poco eso de generar nuestras propias experiencias.

    Revista Kuadro: Tu sonido tiene esa herencia del rock argentino, de Fito, de Charly, pero con un toque muy personal. ¿Te sientes parte de ese legado?

    Lobel: No me molesta para nada la comparación, al contrario, es un gran cumplido. Es un legado cultural. Yo cantaba «El Amor Después del Amor» al mismo tiempo que aprendía a hablar. Está muy incorporado en mí y en todo el colectivo argentino. Creo que quienes seguimos haciendo canciones, de alguna manera, continuamos llevando ese legado.

    Revista Kuadro: En este disco, la búsqueda parece ser «canciones simples y profundas», como dices. «Lo que me hacía bien», la que abre el disco, engancha inmediatamente.

    Lobel: ¡Qué bueno! Así lo pensamos. Esa primera canción marcó la pauta del resto del álbum. La búsqueda es esa: encontrar la manera de contar algo profundo de forma simple. Todavía estoy en esa búsqueda, pero creo que en este disco lo logré un poquito más.

    Revista Kuadro: Pero nos sorprendiste cerrando con un cover, «El muchacho de los ojos tristes». Con tan buenas canciones originales, ¿por qué incluir una reversión?

    Lobel: (Risas) ¡No sabía que estaba tan covereada! Yo no escucho mucha música, así que todo el tiempo estoy descubriendo cosas de culto que todo el mundo ya conoce. Cuando escuché esa canción por primera vez, dije «¿qué es esto? ¡Es una obra maestra!». La reversioné como un ejercicio, un juego, sin intención de lanzarla. Me pregunté: «si Jeanette me hubiera pedido que le produjera esta canción, ¿cómo la haría?». Y así salió.

    Revista Kuadro: De hecho, tiene una conexión muy directa con «Lo que me hacía bien», la primera canción del disco.

    Lobel: ¡Exacto! Se comunican, se pasan la pelota. Empecé con el cover y mientras lo hacía, me empezó a venir la melodía y la letra de «Lo que me hacía bien». Se dieron al mismo tiempo. Por eso una abre el disco y la otra lo cierra, fueron pensadas como las dos caras de una misma moneda.

    Revista Kuadro: Para alguien que esté pasando por un «momento imperfecto», ¿qué canción del álbum le recomendarías escuchar?

    Lobel: «El Fin» o «el momento perfecto». Son canciones esperanzadoras, para levantar el ánimo. Tienen un coro nostálgico pero que a la vez te dice: «tranquilo, no todo está perdido, el momento para solucionar las cosas es ahora». Siempre hay una nueva oportunidad.

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