Hanen Marouani (Túnez). Poeta de expresión francófona. Autora de cuatro poemarios: Les Profondeurs de l’invisible (2019), Le soleil de nuit (2020), Le sourire mouillé de pleurs (2021) y Tout ira bien… (2022). Sus textos han sido publicados en numerosas antologías, revistas y obras colectivas en Europa, África y América Latina, y han sido traducidos a varios idiomas. Ha enseñado literatura francesa y francófona en distintas universidades en Europa y África. Ganadora del Premio de la Francofonía Europoésie UNICEF en 2022 en París, también fue premiada en Grenoble ese mismo año. Miembro del Colegio Internacional de Traductores Literarios de Arlés (Francia) y jurado de un concurso literario dedicado a las escritoras exiliadas e inmigrantes “Dina Sahyouni” en Burdeos, también colabora con asociaciones que defienden los derechos de las mujeres y los niños.
Entre los pliegues de la norma
No he escapado a la norma.
Para ellos,
el tiempo es un ala.
Los lleva.
Los eleva.
Los absuelve.
Para mí,
el tiempo es un cinturón.
Aprieta.
Mide.
Molesta.
Es un primer paso,
pero el túnel es largo,
y la sombra es más obstinada que la luz.
Avanzamos.
Nos estiramos.
Nos agotamos.
Persistimos.
Concuerda con «el hombre»,
como un nombre mayúsculo,
un mito imbatible.
La mujer, por su parte,
debe plegarse.
Alisarse.
Disculparse por existir
más allá de cierta edad.
Él envejece
y se convierte en leyenda.
Ella envejece
y se convierte en silencio.
La historia continúa,
pero sin ella.
El homenaje resuena,
pero no para ella.
El reloj avanza,
pero la aguja la olvida.
Estrasburgo, 18 de junio de 2025.
No me aliso
No me aliso
ni siquiera en la clara mañana
soy así
a veces áspera, pero sincera.
No me ajusto
me mantengo como soy.
Tengo la piel de los días grises,
silencios colgados al hombro,
esquirlas sin barnizar
y caídas necesarias.
No me ajusto
me mantengo como soy.
No finjo,
dejo las esquinas en bruto
el corazón adelante,
incluso cuando teme.
No me ajusto
me mantengo como soy.
No estoy para ser rehecha
ni para pulir, ni para complacer
soy esa voz
que no puede ser imitada.
Y si hay que guardarme…
prevean la extrañeza.
12/07/2025
Donde ya no hay sufrimiento
Soñar con ese lugar
esa orilla sin gritos
esa zona de paz
ese tiempo suspendido
ese punto de referencia enterrado.
Sentir en uno mismo
esa necesidad de otro lugar
ese deseo de partir
incansablemente
como un suspiro
un llamado al dilema.
Partir
de un punto
de una gota
de una migaja
de un instante.
No llevarse nada
salvo la ausencia
de dolor
de desgracia
de carga.
Buscar
una felicidad desnuda
silenciosa
sin espejos
sin retorno
una felicidad unilateral.
Y quizá alcanzarla
allí
al otro lado del mundo.
Estrasburgo, 21 de julio de 2025
Los muros del yo
Ardo en un deseo que quema
por aquellas cosas que, al final, me consumen,
como un fuego secreto que nadie ve,
una llama frágil al borde de un abismo silencioso.
Me ahogo en la embriaguez dulce y devastadora,
donde cada aliento es un rescoldo,
y por mis venas corre una mezcla de sombra y luz,
en el vértigo de un amor autodestructivo.
Donde se desmoronan los muros del yo,
nace un canto profundo, una melodía retorcida,
la de los corazones que aman más allá de lo razonable,
arrastrados por la inmensa ola de lo imposible.
Saboreo la amargura, la quemadura, la caída,
pues no hay nada más vivo que lo que desgarra,
y en el fuego que devora, me convierto en pluma,
lista para volar, por fin, hacia la eternidad del caos.
Estrasburgo, 24 de julio de 2025.