En los últimos meses, el nombre de German Yunker —conocido en redes como Tweedledum— está copando muchas de las video reacciones de influencers y amigos del ajedrez. Con tan solo siete años ha cautivado a millones de personas en todo el mundo por su manera única de jugar al ajedrez. Y no hablamos puramente de la técnica sino de sus gestos, su actitud y su impronta en el tablero.
Un talento precoz con una mente extraordinaria
German nació en 2017 y ya participa en torneos online bajo su apodo viral. Su nivel de juego, especialmente en partidas rápidas (blitz), se sitúa alrededor de los 1.900 puntos de Elo, una cifra que está francamente bien para su edad.
Desde los primeros vídeos compartidos en redes, su capacidad para visualizar posiciones complejas y anticipar jugadas ha despertado la atención tanto de aficionados como de entrenadores titulados. Su estilo —audaz, calmo y preciso— llama la atención porque vive desde dentro el ajedrez sin sufrir por las posibles consecuencias de sus jugadas. Además, lo hace desde una condición particular: German está dentro del trastorno del espectro autista (TEA), algo que influye en su forma de concentrarse y procesar el entorno, pero que en ningún caso limita su genialidad.
Una forma distinta de comunicarse con el mundo
German apenas habla, no busca el contacto visual, pero su mente parece dialogar con el tablero en un lenguaje propio. Cada jugada se convierte en una conversación silenciosa entre la lógica y la intuición.
Uno de los momentos que lo hizo viral fue no mirar el tablero para jugar. Y a pesar de ello su forma de jugar era coherente, precisa y creativa. Lo que le han llevado a que su historia se estudie no solo como fenómeno mediático, sino también como caso de interés en el ámbito de la psicología del aprendizaje y la neurodiversidad. El fenómeno ha sido compartido por la entidad sin ánimo de lucro Autismo San Luis de Argentina.
Sus videos han alcanzado millones de reproducciones en TikTok y YouTube, y su historia ha sido retomada por medios de comunicación internacionales y blogs de ajedrez con alto nivel de especialización.
Psicólogos y entrenadores coinciden en que el ajedrez puede ser una herramienta valiosa para personas con autismo, ya que fomenta la concentración, la previsión y la toma de decisiones. En el caso de German, el juego actúa como puente comunicativo y como espacio de confianza.
Aunque el caso de Germán está muy alejado en términos técnicos de los últimos grandes prodigios del ajedrez como Faustino Oro, en las aperturas, muestra un dominio sólido de los principios clásicos: controla el centro, desarrolla las piezas con rapidez y mantiene la iniciativa. Su pensamiento es flexible y creativo, pero es sobre todo en los finales cuando su enfoque se vuelve casi quirúrgico. Calcula con calma, maneja los tiempos con precisión y demuestra una notable comprensión del valor de cada peón. En partidas blitz, llama mucho la tención verle jugar con una serenidad impropia para su edad.
Más allá de la anécdota viral, la historia de German Yunker es una lección sobre la diversidad del talento humano. Nos recuerda que el ajedrez puede ser también un espacio de inclusión y de juego sin prejuicios.
 
							 
						 
							 
							 
							