Más

    El 5 de septiembre, La Bande-Son Imaginaire invoca la oscuridad en el Metropólitan

    Fotos OCESA /Liliana Estrada

    Hay pactos que no se firman con tinta, sino con ritmos. La Bande-Son Imaginaire, fenómeno del darkwave mexicano y orgullo de Oaxaca, vuelve a recordarnos que la oscuridad no solo se habita: también se baila. Su más reciente sencillo Disco, en colaboración con DJ Scorpio 69, no es un tema cualquiera, sino una metáfora encarnada de la tentación. El video, recién estrenado, despliega un universo donde el DJ adopta la figura de Lucifer, manipulando tornamesas como armas de seducción, y nos plantea la pregunta incómoda: ¿qué tan fácil entregamos nuestra voluntad al sonido cuando el cuerpo pide rendirse al exceso?

    El estreno llega como antesala a lo que promete ser un ritual sonoro en el Teatro Metropólitan, el próximo viernes 5 de septiembre a las 20:00 horas. Un escenario que, más que teatro, se convertirá en templo.

    La elección de símbolos no es gratuita. Los diablos mixtecos y costeños que aparecen en el videoclip no funcionan como ornamentos folclóricos, sino como arquetipos universales: representan la eterna pugna entre tradición y deseo, entre el deber y la pulsión de romper las reglas. En ese cruce, La Bande-Son Imaginaire logra un equilibrio inédito: convierte las raíces oaxaqueñas en un lenguaje global, sin despojarlas de su carga espiritual.

    No sería la primera vez que la banda juega con la muerte y lo ritual. Ya antes había explorado en canciones como Macabre y Magnétique el límite entre lo sagrado y lo profano, construyendo un surrealismo sonoro donde el Día de Muertos, el cine de oro mexicano y el darkwave europeo se dan la mano. Su propuesta es, en el fondo, una psicología oscura hecha música: confrontan las pulsiones más primitivas del ser humano, la fascinación por lo prohibido y la necesidad de mirar al abismo para sentirnos vivos.

    Musicalmente, Disco es una alquimia: beats electrónicos hipnóticos, violines melancólicos y la precisión quirúrgica de un DJ que encarna el mal absoluto, pero lo hace irresistible. La paradoja es clara: el diablo no roba almas con pergaminos, sino con bajos profundos y estribillos que se adhieren como tatuajes.

    El concierto del Metropólitan promete ser mucho más que una presentación: será una experiencia liminal, un ritual moderno en el que la audiencia deberá decidir si observa el espectáculo o se deja arrastrar al baile. Al fin y al cabo, todos llevamos dentro una sombra dispuesta a firmar un pacto. Y La Bande-Son Imaginaire sabe cómo despertarla.

    Artículos Relacionados

    spot_imgspot_img

    Related articles

    Leave a reply

    Please enter your comment!
    Please enter your name here

    spot_imgspot_img