No dejaba de ser algo extraordinario poder disfrutar en València de una banda como Dry Cleaning. Y no porque ahora la ciudad del Turia se halle especialmente alejada del circuito principal de conciertos, sino porque las bandas en trayectoria tan ascendente como ésta suelen limitarse sólo a las principales ciudades del país, esto es, Madrid y Barcelona. Y otra cosa curiosa: la elección para ello de una sala de pequeño-mediano aforo, cuando la demanda podía ser considerable, como demostró a la postre un sold-out bastante rápido.

En todo caso, es de agradecer el empeño de promotores y disponibilidad de la banda, puesto que eso condujo al público valenciano a poder disfrutar de uno de los actos más relevantes ahora mismo en el Reino Unido. Han formado parte de esa resurrección del fenómeno post-punk al que tantos otros se han apuntado, sí, pero ellos gozan de una personalidad que va más allá gracias, sobre todo, a la imponente presencia de su vocalista, Florence Shaw, y su spoken-word tan característico, que hace del suyo un proyecto casi único.

Así pues, la expectación por ver algo así en una ciudad como València, no tan acostumbrada como debiera a recibir artistas en su punto álgido de talento y popularidad, obviamente era grande. De repente, el Loco Club se erigía en el place to be de la noche del viernes. Todas y todos, y por una vez de todas las edades, querían ver lo que tenían que ofrecer estos chavales del sur de Londres.

Pero antes, el calentamiento de un público que fue llenando la sala muy paulatinamente, corrió a cargo de Rat Penat, cantautora canadiense, pero residente en Valencia, cuyo proyecto es encuadrable en eso que suele llamarse bedroom pop y que desarrolló con candidez y buen humor un repertorio basado en las canciones de su recopilatorio de home recordings Emo Beach, los avances que configurarán su próximo EP, y algún single muy prometedor como la pegadiza “Neil Yonge”.

Y con la sala ya llena y animada, apareció en escena el esperado cuarteto -quinteto en directo con la ayuda de otro músico que se ocupa de segundas guitarras y teclados- que se apresuró en ocupar un escenario rápidamente inundado con la personalidad de Florence, una mujer que parece salida directamente de un cuadro prerrafaelita y que no tiene que hacer prácticamente ningún gesto para desplegar magnetismo, algo que en otras bandas seguramente eclipsaría a sus compañeros, pero uno enseguida se da cuenta de que este no es el caso.

La banda a nivel instrumental es alucinante. Sólo por la base instrumental que tejen entre ese extraordinario bajista que es Lewis Maynard y el batería Nick Buxton, ya te quedas boquiabierto, pero si a eso añadimos las afiladas y agresivas guitarras que Tom Dowse, con cara de fiera, va escupiendo desde su esquina, nos encontramos a una de esas formaciones que es difícil pasar por alto, por mucho carisma que tenga, como es el caso, su front-woman.

Además, ella no reclama ese protagonismo. Se limita a declamar sus siempre enrevesadas e interesantes letras con una cara entre la apatía y la perplejidad que llama poderosamente la atención, sí, pero no lo suficiente como para que uno olvide todo lo demás que pasa en el escenario, que es mucho, ni para que esto deje de funcionar a lo ojos de los presentes como lo que es, una banda totalmente cohesionada y que hace gala de una insólita sinergia.

Van así desgranando un repertorio entre el que no caben prácticamente interacciones con su público. Van al grano con la actitud sobrada como para defender esas canciones que no necesitan de estribillos ni de ganchos para quedarse en la cabeza y que en directo suenan tan poderosas como lo hicieron la inicial “Strong feelings” y una selección que equilibró la presencia de sus hasta ahora dos elepés, con dianas como “Spanish Gary”, “Her hippo”, “Don’t press me” o “Drivers story”.

Hubo espacio también para el anticipo de su próximo trabajo (sale en enero) “Hit my head all day” y el desenlace con esa ristra final que encabezaba la infalible “Scratchcard lanyard” y completaron  “Magic of Meghan”, “Anna calls” y un bis con “Viking hair” que cerró el poderoso directo de una banda muy peculiar, que obviamente no es entendible para todo el mundo, pero que sin duda forma parte de lo más interesante hecho con guitarras hoy. Y tener la suerte de contemplarlos con la cercanía que brinda una sala pequeña, la verdad, es impresionante.

Fotos Dry Cleaning: Susana Godoy