Desde hace muy pocos años la marca Chessnut aparece en internet marcando el paso de una revolución silenciosa en el ajedrez actual. Sus tableros inteligentes que integran sensores para jugar por internet y no perder la perspectiva del ajedrez 3D, se están convirtiendo en un estandar para la industria y los aficionados.
En este artículo te hago un repaso completo por la marca y sus diferentes modelos, pensado para ajedrecistas que valoran tanto el tacto de la madera como la potencia del mundo digital.
¿Por qué hablar de Chessnut?
El ajedrez lleva siglos siendo el mismo: un tablero, 32 piezas y dos personas que se enfrentan. Pero el contexto ha cambiado. Hoy jugamos en plataformas online, estudiamos con motores y analizamos con bases de datos. El reto ha sido siempre el mismo: ¿cómo mantener la experiencia física del tablero en un entorno digital?. La respuesta, en parte, se llama Chessnut.
La marca nació con la idea de crear tableros electrónicos que no se sintieran como un gadget frío, sino como una prolongación natural del ajedrez tradicional. Tableros que detectan tus jugadas en tiempo real, se sincronizan con rivales de cualquier parte del mundo y, lo más importante, permiten que el jugador siga tocando y viviendo el ajedrez como siempre.
Son muchos los jugadores que están acostumbrados a jugar por internet en u ntablero 2D y cuando dan el salto a un tablero tradicional les cuesta “enfocar” y jugar con la soltura que existía antes de las plataformas online. Estos tableron son también una respuesta para esta necesidad.
La magia de mover pieza y ver la respuesta
Chessnut te permite jugar contra un rival en otra ciudad y, en lugar de mirar la pantalla, ver cómo en tu propio tablero la pieza de tu adversario se desplaza sola. Eso es, básicamente, el gancho de Chessnut. El ajedrez deja de ser virtual para convertirse en una experiencia híbrida: el tablero de siempre (con distintos tamaños y gamas según modelo) y la pantalla de juego.
La verdad es que esa mezcla de tacto y conectividad cambia la forma de relacionarse con el juego. Ya no es solo “jugar online”, es hacerlo sin renunciar a la sensación de la presencia física y la visiblidad 3D.
Los modelos Chessnut: de lo esencial a lo avanzado
La familia Chessnut está pensada para distintos perfiles de jugador. Desde el aficionado que busca algo práctico hasta el profesional que quiere una herramienta completa de entrenamiento. Aquí tienes un recorrido por sus principales modelos:
Chessnut Air
El más popular y asequible. Ligero, portátil y funcional, es perfecto para jugadores de club, estudiantes o cualquier aficionado que quiera una primera experiencia con tableros electrónicos. Su mayor virtud es la simplicidad: lo conectas, mueves las piezas y listo. Ofrece compatibilidad con Lichess y Chess.com, y es suficiente para entrenar, jugar y disfrutar sin complicaciones.
Lo dispones en dos calidades: el AIR + y el AIR normal. La diferencia básica es la calidad del tablero y los acabados. El tamaño es el mismo en ambos casos.

Chessnut Pro
El Chessnut Pro se presenta como un tablero de ajedrez electrónico inteligente que logra tender un puente entre la experiencia clásica de un tablero de madera y las comodidades del ajedrez digital. Con un tamaño de torneo de 55 cm y casillas de , su construcción es completamente de madera de alta calidad, lo que le otorga una sensación texturizada y elegante superior. Es tu tablero de ajedrez de toda la vida pero con muchas características ocultas.
Una de sus características más destacadas es su diseño, que incluye luces LED ocultas, lo que mejora su estética sin sacrificar la sensación tradicional. Este no es solo un tablero bonito; es un dispositivo inteligente que viene con una multitud de aplicaciones y una Inteligencia Artificial (I.A.) desafiante con varios niveles de dificultad para ayudarte a mejorar tus habilidades mediante el juego y el análisis de tus jugadas.

En cuanto a la conectividad te permite jugar en plataformas como Chess.com y Lichess.
Según varios usuarios, el Chessnut Pro es “extremadamente rentable” en comparación con otras marcas del mismo tipo, ofreciendo una calidad de gama alta e incluso superando a la competencia. Se lo describe como “casi impecable” y como una “artesanía” debido a sus piezas de madera hechas a mano y su suave acabado. En resumen, el Chessnut Pro es considerado un regalo perfecto para cualquier aficionado al ajedrez, combinando una experiencia táctil y visual asombrosa con una potencia tecnológica completa.
Chessnut Evo
Aquí entramos en territorio de alta gama pero con otra orientación. El Evo no solo replica las jugadas, también incluye un motor de ajedrez integrado, entrenamientos y análisis sin necesidad de usar un ordenador. Es como tener un entrenador en la mesa: puedes practicar aperturas, resolver posiciones o jugar contra la máquina directamente en el tablero. Está dirigido a jugadores serios que buscan algo más que conectividad: buscan una herramienta de estudio avanzada.

Chessnut Go
El modelo más pequeño, portátil y económico. Ideal para quienes viajan o quieren sacar el tablero a un café, al tren o incluso al parque. Es más compacto y sencillo, pero cumple con su misión: dar libertad de movimiento. No tiene el refinamiento del Pro o del Evo, pero ofrece la experiencia Chessnut en cualquier parte.

Lo que distingue a Chessnut
No es solo hardware. Chessnut ha sabido construir un ecosistema con actualizaciones frecuentes, compatibilidad creciente y una comunidad activa de usuarios. La sensación es que el tablero mejora con el tiempo, a medida que llegan nuevas funciones por software. Y esa es una diferencia clave respecto a otros fabricantes.
Además, la marca entiende que el ajedrez es también emoción. No basta con precisión técnica; importa el ritual, la estética y la cercanía que transmite un buen tablero. Y ahí es donde Chessnut ha sabido conquistar a muchos jugadores exigentes.
Ejemplos de uso en el día a día
- Preparar aperturas: montar tus variantes en el tablero físico mientras el sistema registra todo para revisarlo después.
- Estudiar finales: sentir la diferencia entre un final de torres en pantalla y mover las piezas reales, con mayor memoria espacial.
- Jugar torneos híbridos: enfrentarte a clubes de otras ciudades en condiciones que se parecen mucho a las de una partida presencial.
Y es que, al final, todo se reduce a un detalle simple: aprender y competir con piezas reales marca la diferencia.
Conclusión
Chessnut ha encontrado el equilibrio que llevábamos tiempo buscando: tableros que combinan tradición y modernidad. Desde el Air hasta el Evo, cada modelo ofrece una forma distinta de vivir el ajedrez, ajustada a necesidades y bolsillos diferentes. Y aunque la competencia existe, pocas marcas han logrado un producto tan redondo y versátil.
La propuesta recupera lo mejor del ajedrez clásico y lo enlaza con las posibilidades infinitas del mundo online. En definitiva, una jugada de calidad en un tablero que no deja de crecer.
 
							 
						 
							 
							 
							