Escuchar “Berghain” es como abrir una puerta donde lo clásico y lo experimental colisionan con un tono sensual oscuro. Desde el primer momento, la voz de Rosalía se siente teatral dejando a un lado el pop , más humana que digital, pero al mismo tiempo envuelta en un sonido que recuerda al espíritu de los 90s —ese en el que Björk, Massive Attack o Portishead rompían las reglas entre lo orgánico y lo mecánico.
Hay una textura que vibra con ese ADN experimental: cuerdas y respiraciones mezcladas con un beat que no busca el ritmo, sino el ambiente. La producción artística sonora donde se involucra Rosalía y Björk crean una mezcla entre lo espiritual , lo prohibido y lo misterioso . Rosalía no canta, interpreta; y lo hace en tres idiomas, como si su voz fuera un instrumento que cambia de forma.desde lo operístico hasta su voz colocada con su estilo .
No cualquiera se atreve a unir a Björk, mezclar una orquesta sinfónica(london symphony orchestra) con sonidos electrónicos, y construir una canción que parece misa , teatralidad y alternativa electronica al mismo tiempo. Berghain no está hecha para gustar en TikTok; está hecha para dejarte incómodo, seducido, curioso.
Desde esa frase inicial en alemán —“Seine Angst ist meine Angst / Seine Wut ist meine Wut”— ya sabes que estás entrando a un terreno distinto. Y cuando Rosalía rompe el silencio con “I’ll fuck you till you love me”, el contraste es brutal: lo divino y lo carnal se funden en un solo sonido.
En los 90s, Björk experimentaba con el deseo, la vulnerabilidad y la tecnología —Homogenic y Vespertine eran universos íntimos, pero futuristas—. Berghain tiene esa misma intención, pero más corporal, más ritual. Es una especie de ópera digital, : donde hay violines, sexo, cuentos de hadas( la alusión mas clara en el video emulando a blanca nieves), y un suspiro electrónico que nunca termina de resolverse.
A diferencia del groove trip-hop , Berghain no se mueve con el bajo, sino con la respiración. Es una canción que te envuelve más por atmósfera que por melodía. Y eso, justamente, es lo que más me gusta: no busca ser un hit, sino una experiencia.
Rosalía convierte esta canción en algo que hace un artista que se reinventa, y al deseo de encontrar belleza en la confusión. Cuando canta “La única manera de salvarnos es con intervención divina”, pareciera no referirse a un dios, sino al arte o a algo terrenal .
Por mi parte, me encantó ese riesgo, esa transformación, esa evolución. Rosalía no repite fórmulas, las destruye o transforma . Lo suyo ya no es flamenco ni pop urbano: es otra cosa, más libre, más madura, más suya. Berghain es una declaración: no hay que tener miedo de crecer, de cambiar, de dejar atrás lo que funcionaba para crear algo que te desafíe.
Si Motomami fue una revolución, LUX su nueva creación tiende hasta el momento a ser una revelación de un gran cambio y nuevos retos si con Berghain nos muestra una canción , que arde, que se mueve entre lo humano y lo divino donde Björk es una compañia perfecta , LUX un nuevo album donde esperemos nos de mas sorpresas sonoras
 
							 
						 
							 
							 
							