Hay bandas que escriben canciones y hay otras que construyen universos. Love of Lesbian pertenece, sin duda, a la segunda categoría. Con su más reciente biblia de pop poético, «Ejército de Salvación», bajo el brazo, la banda catalana se prepara para un nuevo desembarco en Latinoamérica. Aprovechamos para sentarnos a platicar con ellos en una charla que fue de lo existencial a lo hilarante. Hablamos de cómo la amistad los rescató de su «Viaje Épico Hacia la Nada», de anécdotas con fans que confunden «motherfuckers» con «vacas flacas» y de la noticia bomba: después de esta gira, guardarán la pluma y dejarán de grabar discos por un buen tiempo.
Revista Kuadro: Chicos, qué gusto. Su disco «Ejército de Salvación» es un homenaje a la amistad, pero llega justo después de «Viaje Épico Hacia la Nada». La pregunta es obligada: ¿necesitaban que sus amigos vinieran a rescatarlos del abismo existencial?
Love of Lesbian: (Risas) ¡Totalmente! Veníamos de una época oscura, querido Erick. Estábamos encerrados, solos, con pérdidas familiares en nuestro entorno. «V.E.H.N.» era un disco de queja. Cuando el mundo se abrió de nuevo, extrañábamos ese vínculo que tenemos como banda: las furgonetas, los vuelos, los camerinos. Este nuevo disco habla de eso, de la complicidad de la amistad, que es ese amor que eliges. No es un contrato matrimonial, es un contrato de fe, de sangre y de objetivos.
Revista Kuadro: Mencionan que «todo el mundo tiene algo de qué salvarse». Si Love of Lesbian fuera un superhéroe colectivo, ¿de qué nos vendrían a salvar en esta nueva gira?
Love of Lesbian: Nunca hemos pretendido salvar a nadie, pero sí es cierto que nuestros conciertos tienen un impacto emocional. El simple hecho de que la gente pueda olvidarse de todo por dos horas, de cualquier mandanga que les preocupe… eso ya es una pequeña salvación. Te deja un golpe emocional que te hace ver que quizás tus problemas no eran tan graves.
Revista Kuadro: Esa conexión es muy fuerte en México. Han pasado de tocar en el Caradura para 500 personas a llenar dos Auditorios y un Palacio de los Deportes.
Love of Lesbian: Ha sido una progresión meteórica. A veces decimos que lo que pasó en España en 25 años, en México pasó en 10. El alcohol que bebimos en 25 años allá, aquí nos lo tuvimos que beber en 10 (risas). Recordamos ese primer show en el Caradura en 2013 con un cariño especial. No sabíamos si era real que había gente al otro lado del Atlántico con ganas de vernos. Y de repente, ver a 500 mexicanos gritando… eso a un europeo de Barcelona le queda marcado. Si nos dicen que 10 años después llenaríamos esos recintos, no lo hubiéramos creído ni en nuestros mejores sueños.
Revista Kuadro: La gira arranca en un lugar muy especial: la Feria del Libro de Guadalajara, y Santi, es escritor. ¿Es una alineación cósmica?
Love of Lesbian: Por supuesto. No podemos ser ajenos a que gran parte de nuestro legado tiene que ver con la literatura. Las letras de Santi son cuentos, historias comprimidas. Y es inevitable no conectar con la maravillosa riqueza de nuestro idioma, que une a pueblos tan diferentes y a la vez tan hermanados.
Revista Kuadro: Con letras tan complejas, ¿alguna vez un fan ha malinterpretado una de forma tan espectacularmente errónea que se haya vuelto una anécdota?
Love of Lesbian: (Risas) ¡Tengo una! Durante una época en los directos, yo decía mucho «motherfuckers». En un concierto, no paré de decirlo. Al terminar, una chica se acerca y me pregunta: «Oye, ¿por qué dices todo el rato ‘vacas flacas’?». ¡Vacas flacas! Estuve un rato pensando que la tipa estaba chalada, hasta que en el hotel lo conecté: motherfuckers… vacas flacas. ¡Estaba convencidísima!
Revista Kuadro: (Carcajadas) ¡Es buenísima! Oigan, ustedes empezaron en inglés y hasta le abrieron a The Cure. Si pudieran viajar en el tiempo, ¿qué le dirían a esos jóvenes que su futuro estaba en el español?
Love of Lesbian: Creemos que tomamos la decisión en el momento adecuado. Empezar en inglés nos sirvió para aprender. En ese momento, ni nosotros ni el público en España estábamos preparados para el pop con sonoridad británica en español. Hubo un chispazo colectivo, tanto en las bandas como en el público, que nos hizo pensar: «¿Por qué nos contáis historias en un idioma que no es el nuestro?». Con «Maniobras de Escapismo», de golpe la gente empezó a cantar los temas, algo que nunca nos había pasado. Fue como «wow, teníamos que haberlo hecho antes», aunque quizás si lo hubiéramos hecho cinco años antes, no habría funcionado.
Revista Kuadro: Sus discos son como novelas conceptuales. ¿Cómo saben cuándo una historia ha terminado y es momento de empezar un nuevo «libro»? ¿Hay un funeral simbólico?
Love of Lesbian: Tenemos un oficio muy simple. Sabemos cuándo se acaba una época y normalmente la cerramos con un fogonazo final: un gran concierto, en una arena, con amigos. Ese es nuestro plan de entierro. Y aquí viene la gran noticia: después de esta gira, que terminará a finales de 2026, vamos a dejar de grabar discos durante una buena época. Siempre ha sido grabar-girar, grabar-girar. Ahora, por primera vez, no sabemos qué va a pasar. Esa es nuestra nueva etapa y nuestra gran expectativa.
Revista Kuadro: Un concierto de Love of Lesbian es casi una experiencia religiosa para los fans. ¿Ustedes cómo lo sienten desde el escenario? ¿Como un show de rock o como oficiar una misa pop para almas sensibles?
Love of Lesbian: Es tal como lo describes. Sientes que has calado en la vida de la gente. Cuando tocas «Allí donde solíamos gritar» y ves a la gente llorando en primera fila con un tema de hace 20 años, piensas «wow». Cada uno lo conecta con su propia historia. No diría que es una misa, porque sería pretencioso, pero sí hay momentos que van mucho más allá, cuando captas la atención de hasta la última persona en el recinto.
Revista Kuadro: Para esta gira en Latinoamérica, ¿cuál sería el kit de supervivencia básico para un fan? ¿Diccionario de sinónimos, pañuelos para la lloradera o un hígado de repuesto?
Love of Lesbian: (Risas) ¡Pastillas de cloruro potásico! Es una sal para la afonía. Yo las usaba cuando era profesor y me quedaba sin voz los viernes. Que la gente las necesite al día siguiente sería una muy buena señal para nosotros.

 
							 
						 
							 
							 
							