La noche fue redonda para la afición rojiblanca: Chivas venció 3-1 al Necaxa, pero el verdadero festejo comenzó después del pitazo final. Cuando el balón dejó de rodar, las luces se encendieron en otro escenario: el de Amazon Music Live (AML), que en su segunda entrega presentó a una de las artistas más poderosas y queridas del pop mexicano, María José.

Tras un debut arrollador con La Adictiva el 30 de agosto, AML regresó con la promesa de mostrar la versatilidad de la música hecha en México. Y fue María José quien cumplió ese papel con creces, transformando la transmisión en un espectáculo vibrante, íntimo y a la vez masivo.

Dueña de una presencia escénica magnética, María José demostró por qué su nombre se ha convertido en sinónimo de fuerza y emoción. Con su inigualable voz, hizo retumbar himnos como No soy una señora y Me equivoqué, piezas que ya son parte de la memoria colectiva y que, interpretadas en vivo, se convirtieron en un grito compartido por miles de espectadores conectados desde Prime Video y Twitch.

Lo suyo no fue un simple concierto: fue una celebración. Entre coreografías llenas de energía, complicidad con la cámara y momentos en los que habló directamente a su público, María José entregó un show que mantuvo el ritmo de principio a fin. Cada gesto, cada sonrisa y cada canción reafirmaron su lugar como una de las grandes voces del pop latino.

La propuesta de Amazon Music Live cobra sentido con presentaciones como esta. Si La Adictiva encendió la temporada con la fuerza del regional mexicano, María José confirmó que el pop también tiene el poder de unir a distintas generaciones y emocionar más allá de la cancha. Dos universos distintos, pero con el mismo fin: extender la celebración a través de la música.

La segunda fecha de AML en México fue más que una transmisión: fue un testimonio de la vigencia y el carisma de María José, una artista que sigue reinventándose y que, con cada presentación, convierte la pantalla en un escenario íntimo y al mismo tiempo multitudinario.

El 23 de septiembre quedará como la noche en que la pasión rojiblanca se transformó en una fiesta pop encabezada por una voz que no necesita presentación: María José.

La noche fue redonda para la afición rojiblanca: Chivas venció 3-1 al Necaxa, pero el verdadero festejo comenzó después del pitazo final. Cuando el balón dejó de rodar, las luces se encendieron en otro escenario: el de Amazon Music Live (AML), que en su segunda entrega presentó a una de las artistas más poderosas y queridas del pop mexicano, María José.

Tras un debut arrollador con La Adictiva el 30 de agosto, AML regresó con la promesa de mostrar la versatilidad de la música hecha en México. Y fue María José quien cumplió ese papel con creces, transformando la transmisión en un espectáculo vibrante, íntimo y a la vez masivo.

Dueña de una presencia escénica magnética, María José demostró por qué su nombre se ha convertido en sinónimo de fuerza y emoción. Con su inigualable voz, hizo retumbar himnos como No soy una señora y Me equivoqué, piezas que ya son parte de la memoria colectiva y que, interpretadas en vivo, se convirtieron en un grito compartido por miles de espectadores conectados desde Prime Video y Twitch.

Lo suyo no fue un simple concierto: fue una celebración. Entre coreografías llenas de energía, complicidad con la cámara y momentos en los que habló directamente a su público, María José entregó un show que mantuvo el ritmo de principio a fin. Cada gesto, cada sonrisa y cada canción reafirmaron su lugar como una de las grandes voces del pop latino.

La propuesta de Amazon Music Live cobra sentido con presentaciones como esta. Si La Adictiva encendió la temporada con la fuerza del regional mexicano, María José confirmó que el pop también tiene el poder de unir a distintas generaciones y emocionar más allá de la cancha. Dos universos distintos, pero con el mismo fin: extender la celebración a través de la música.

La segunda fecha de AML en México fue más que una transmisión: fue un testimonio de la vigencia y el carisma de María José, una artista que sigue reinventándose y que, con cada presentación, convierte la pantalla en un escenario íntimo y al mismo tiempo multitudinario.

El 23 de septiembre quedará como la noche en que la pasión rojiblanca se transformó en una fiesta pop encabezada por una voz que no necesita presentación: María José.