Si el río abriese los ojos: Antología de la continuidad. Es una selección que reúne voces de poetas venezolanos nacidos a partir de 1990. La muestra nos invita a reflexionar acerca de las diversas identidades que se presentan en la poesía actual venezolana. La escogencia del título rinde homenaje a dos voces que dejaron una huella fundamental en el panorama más reciente de la vida literaria del país: César Panza, con su verso Si el río abriese los ojos qué viera, y Caneo Arguinzones cuando dice que Haber retrocedido al abismo ha convertido la continuidad / en una festiva alabanza. César nos devuelve la pregunta de la identidad sin pretender abrirnos los ojos, sino buscando que habitemos con él la pregunta; defiende lo auténtico mientras nos habla de la impermanencia. Caneo plantea una vivencia corporal que enfrenta a la muerte, pero que, en un detenerse, busca la continuidad de la vida como una “festiva alabanza”. Estos autores y referentes, por siempre jóvenes, son voces desenfadadas, discontinuas, navegantes de lo incierto en el río identitario, vitales, como las que presentamos a continuación.
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José Rosales (San Cristóbal, 1992). Filósofo, poeta y artista visual. Ha realizado estudios de poesía y ensayo en el Centro de Estudios Latinoamericanos y del Caribe Rómulo Gallegos (CELARG). Es autor de los Libros: Epítome al Breviario de una Noche (JBernavil, 2022); Anatomía del Pasillo (SultanadelLago, 2024); Traductor de Fractales (Ediciones Petalurgia, 2024); Taxidermia del Escombro ( FUNDARTE, en edición). Ha sido traducido al inglés, italiano y portugués, forma parte de 17 antologías literarias en distintos ámbitos geográficos. Posee reconocimientos internacionales como “Pluma de Oro” (FIDEPA), “Destacado de Honor” (UPU). Ha contribuido en la FILVEN, Encuentro Poético del Sur. Participante del 19 Festival Mundial de Poesía de Venezuela. Mención publicación: V Edición  Poesía venezolana “Eco de la Luz” (Editorial Palíndromus, 2021). Mención de Honor: “II Concurso Internacional de Poesía JBernavil Pilar Paz”. (Editorial Jbernavil, 2021). I Finalista: Concurso Internacional de Poesía “Aníbal Sánchez”. (Venezuela, 2020). Mención de honor: II Premio Internacional de Poesía “Bruno Corona Petit” (Editorial Palíndromus, 2022). Finalista del XVIII Concurso de Literatura Ediciones Oblicuas. “La Nunca Poesía” (Ediciones Oblicua, España, 2024).
Al espectro de la Ventana.
El retrato del insomne hábito
retorna epítome del lenguaje.
I Justo al otro lado de la hojilla.
II Justo en los límites del buzón.
(Entre el cuerpo del vidrio y el contorno del verbo).
La silente crónica de una página sin escribir
                             undívaga en los epitafios
carta sin destinatario
como profusa mirada a nuestra cosmogonía.
Dirigida al más fiel adversario:
I.I Al ovillo que nos conduce a la puerta del laberinto
II.I Al cenicero colmado del apocalipsis circunstancial.
(La distópica historia de quien se mira
                sintetizado por el objeto del poema)
De frente:
                      El prólogo.
                      Uno a uno.
                      Cara a cara.
Los poros en praxis:
                                   Argonauta de un coma.
Y…
Al común denominador se escapan
                                     dedos donde descansan pájaros
                                              en paisajes ensimismados de lectura continua.
III Astrífero.
IV Neberoso.
Apátrido de coeficiente
como neologismo
                   nómada transeúnte
en terruños huesos sin nombres (III)
tesis hecha fotograma
calcada
         consecutivamente 
en el mundo de las ideas. (IV)
La alegoría de la primera persona.
                          En braille un elemento paisajístico.
                                          La impresión sin configurar el panorama.
Del Libro Epítome al Breviario de una Noche (2023).
In the City.
El circo tétrico.
Mancomunadas escenas pálidas   
                           [en fotogramas]
                   sobre ojos            
[escabrosos]
conduciendo al sujeto del poema
este ente en vigor en disección por escalpelo
a la realidad de la latitud del pasamanos
                                                   (Extraviada)
como catamarán sin puertos al cual zurcirse.
La tumba de Tolstói a la deriva
este nudo crepitando el instrumento musical
sin documentación
  
                 a la sombra de un árbol plástico
                 manchado por la pólvora
                    
                                en el hoyo de una bala
                          rozando lo (in)conveniente.
 A convenir  la antítesis del sentido:
                        Como el contorno calcado
                        en memoria del timó(n)
                             engullido fondo oscuro
                        a la posterioridad de la luz.
La estadía premonitoria
                                                  [Del vértigo
 en el canto anónimo
                                                  [Del pájaro
de las polifonías de las urbes.
El zapato sobre el tendido eléctrico
ecléctico de su historia por estupor.
El riel del  tren como lenguaje  de un palomar.
                                               [Insospechado].
El pasillo del orfanato
             la naftalina en los labriegos de la tierra
             custodiada  por la nada 
                                                                [Aparente]
              en cada vocablo al escarnio de la entraña
la vacuidad catatónica tiritando
en los mausoleo de un motel
la armónica desentrañando las melodías
de un charco alzándose en vuelo de buitre
Como virtualidad homónima
                                                                 a Dios
                                                                       o
                                                                 a Bestia
Derrumbar esta exposición de vísceras
al aliento del esqueleto en un helecho
                                                   [Cautivo]
en la precariedad
de una selva atestada pétrea por petróleo.
Del Libro Anatomía del Pasillo (2024).
Predio Espectral  a la Biografía de la Sombra.
Nací con la mismidad
soldada al hueso.
                                                                (Este-pario extirpado de la masa).
I
Con la mancha del índigo
en la estepa del carburo.
II
Con el rasguño del musgo
en la bitácora de una grieta.
III
Con la hendidura del polvo
en la anatomía de la intemperie.
Crecí en los vapores astringentes
                  emanados del tártago
                                                        (habitáculo maleza y fauna silvestre)
la tierra agreste
                                             –esta cápsula blanda en punto de descomposición–
se negó al sufragio
           del envase
y este acápite testigo del barro
usufructúa las postales de un mar muerto.
Con la acuñación material vencida
suscribo un informe forense
asentado en los cimientos del abismo.
Como ex convicto a los paraísos artificiales.
                                                                 (Bala perdida en los aires del purgatorio).
Como homólogo a la sentencia de Pilatos.
Bajo un coito practicado en el precipicio
conduzco los estragos del esternón
    
     como primicia a un diario de horrores
develando un hecho tras rasgar su fondo:
Litigado con púas deriva esta vigilia
en cuna mecida por camisa de fuerza.
IV
Desprendiéndome del río.
V
 Desmembrándome del aire.
Del Libro Traductor de Fractales (2024).
Abro el Libro.
Con criterio dialéctico ambidiestro
me acopia el zurdo
                       exsequiae del parasistema
holográfico vela la unción del estatus quo
            
             por rendición (no Capital Marx)
             por condición ( no Material Engels)
             por selección (no Natural Darwin).
En este masa rueda Sísifo
sin erotizar el lenguaje
               destilar el arduo sudor
que soborna arsénica la memoria
desollando del neón
el zinc exabrupto sopor del mar de leva.
                       
                                                  (sin intervenciones
                                               de jueces por veredicto).
–A Verlaine le eclipso la vela.
Danos hoy el pan nuestro de cada día:
-300 gramos de Quetiapina.
-2 gramos de Clonazepam.
(Dieta balanceada).
Cita el prontuario de la esquizofrenia
Lleno eres de gracia
              retornando un látigo cardinal
desmembrando la vitrina del carnicero
al espejo que cuantifico
el espesor | la densidad
donde la balanza es una isla a la deriva
y el hambre es del tamaño del laberinto.
Del Libro Inédito Zona Tórrida.
II Divagación Metafísica del Rincón en un Rostro sin Asueto.
Yo
que evado cualquier sugerencia
que establezca
                      en nombre propio
me proyecto inmóvil
en la unanimidad
inquietante de la estatua.
Que me ensimismo en el abismo
                     superior de la aguja
perdiéndome
mucho más que en un pajar.
Yo
por mimesis
me replico en todo
                                
–fractalmente no finito–
                           
                                en suburbios del vacío
                                            como souvenir
soy un atropello
a alta velocidad
en el kilómetro 0
escarbando entre la hojarasca
                               una razón
                               que extinga este hastío a latir
–pero es tarde–
        cuando las moscas
ya han dejado gusanos
y quebrantado el aferro
                           ya ni país tengo.
***
Busco un busto sin inconsistencia
y encuentro
                
                 una pared desconchada
                           
                               un muro tísico
tupido en gramos solutos de ricina.
Del Libro Inédito Necropsia. Identidad en Estado Terminal.
Engullo el Matadero.
Despellejo el océano 
               a vaharada
el loto retoña 
en la escayola
de otras panorámicas.
Gravita por encima
       del kilometraje
la tomografía
de este cuero tenso sin raíz.
La osamenta del uterino embrión
esparcen esporas
                           óxido de musgo
eclopcionan estaciones de formol.
Del Libro Inédito Vasectomía Ósea.
Cierro el Libro.
Un maniquí en lista negra
de vislumbrar el desnudo
                        para cuando nada quede
                        a ciencia cierta inexacta
ni la acústica del páramo
en el anónimo vertedero 
ni la fonética del croquis
en la apología del revólver
(en caso de emergencias)
mustiara al oído la afonía por salvavidas 
en esta entropía que nos mantiene sobrio.
 
							 
						 
							 
							 
							